La
doctora Concepción Reverte Bernal, profesora de la Universidad de
Cádiz, España, me ha permitido publicar en el blog la reseña de mi
novela Eros y la doncella, que publicó originalmente en El Diario de Cuba de Madrid, el 14 de septiembre de 2013.
La diferencia entre un libro de historia y
una obra literaria estriba en que, por más documentada que esté la obra
literaria, en este caso una novela, la literatura de calidad trata de
acercarnos al ambiente de pasiones que no pueden ni deben transmitir los fríos
datos de la historia. Esto es lo que sucede con Eros y la doncella, de Mario
Szichman, que, por más que se trate de una novela histórica que revela el
seguimiento de una documentación, nos transmite ante todo el clima del período
del Terror durante la Revolución Francesa, que alcanza un momento culminante
con la muerte de Robespierre el día 27 de julio de 1794, fecha en que empieza y
acaba la novela.
En la página preliminar de presentación,
datada en Nueva York, octubre de 2012, el autor nos refiere las circunstancias
personales de las que surgió la obra, cuando "En octubre de 2011 Tánatos
atravesó el umbral de mi casa", situación que propicia el tono luctuoso
del relato, que se duele por la incesante labor de la doncella del título de la
obra, que no es otra que la guillotina, implacable durante la Revolución.
El título de la novela evoca inmediatamente
la famosa obra teatral de Ariel Dorfman, llevada al cine por Roman Polanski, La
muerte y la doncella, que analiza las relaciones entre una víctima y su
torturador. En este caso la muerte es sustituida por Eros (otro pilar del
relato) y la doncella/guillotina no es otra que la agente material de las
muertes, ese método para matar de modo más rápido y con menor sufrimiento que, siendo inventado como
recurso piadoso por el doctor Joseph Ignace Guillotin, acabó resultando una vía
para ejecuciones en serie, lo que facilitó aumentar el número de víctimas.
La imagen fría y elegante del artilugio
ejecutor, como una joven esperando a su enamorado abre la novela:
"Estilizada como una escuadra de carpintero, escueta como un atril,
virtuosa como un altar, la doncella aguarda la llegada de su amante. La
doncella no es ávida, aunque sí insaciable. Su amante lo sabe, y nunca le ha
quitado sus raciones. Pero Maximiliano Robespierre no acudirá a la cita, esta,
su última noche en la tierra".
A lo largo de la novela, la actividad de la
guillotina sobre las figuras ilustres de la Revolución convierte la narración
en una especie de Danza macabra, que, empezando por los Capeto, atrae hacia sí
a la nobleza y a sus sirvientes, protagonistas del Antiguo Régimen, pero
también a los propios revolucionarios y a las gentes comunes en una voracidad
incesante. Robespierre, ese ser frío y calculador que se empareja con la
misteriosa doncella del inicio del relato, provocará su propia caída cuando
organice la fiesta del Ser Supremo, que viene a ser la culminación del intento
de sustitución de un orden por otro, suplantando la religión tradicional.
La época de desenfreno, de extremada libertad
de costumbres y de derramamiento de sangre en que desemboca la Revolución
Francesa con el Terror, nos permite reflexionar sobre diversos lugares y
periodos históricos, en los que la vida individual humana ha sido atropellada
perdiendo todo valor, en aras de unos objetivos o ideales proclamados
superiores. La mirada del precursor de las independencias americanas, Francisco
de Miranda, quien fue testigo de este hecho histórico, personaje destacado de
otras novelas de Szichman, viene a ser una especie de contrapunto irónico,
porque el supuesto "bárbaro" americano presencia la barbarie en el
corazón de la cultura europea, suma de la Ilustración. El personaje de
Francisco de Miranda tiene menor participación en este relato en su conjunto,
pero posee la importancia que subrayo.
En esta novela el hilo narrativo general es
débil. Se construye más bien como una serie de estampas de los principales
representantes del proceso revolucionario francés, de los cuales Szchiman traza
un breve perfil físico y psicológico, narrando cómo murieron. En la recreación
del pasado Szichman se detiene en aspectos anecdóticos que permiten reconstruir
cómo fueron esos turbulentos años, en los cuales la sustitución de los antiguos
valores intentó abarcar todos los aspectos de la vida, mediante el cambio institucional y social,
pero también un nuevo calendario, nuevos modos de vestir, de peinarse, y hasta
de divertirse.
Algunos pormenores, como la descripción de
las guillotinas de juguete con las que se entretenían los niños de la época o
las barajas con dibujos diferentes, que Szichman recoge en su novela, pueden
contemplarse hoy en museos, como el
Carnavalet, de historia de París, menos visitado por los turistas.
Szchiman presta mucha atención al arte del
período, en especial al pintor Jacques-Louis David (1748-1825), que plasmó en
sus cuadros momentos claves de esos años embelleciéndolos, y a Madame Tussaud
(1761-1850), cuyas figuras de cera, formadas a partir de seres reales, quedaron
como testimonio de los protagonistas de esta historia, y fueron a parar a su
célebre museo londinense.
Por las páginas de la novela transitan,
además de los que ya nombrados, Dubayet, Mirabeau, Lepeletier, Louvet, Danton,
Marat, Carlota Corday, Lavoisier, Fouché y otros, componiendo de este modo Szichman
una visión amplia y diversificada. En definitiva, Szichman no nos ofrece una
novela más sobre la Revolución Francesa, sino una obra relevante, que desde la
excelente recreación de unos personajes y de unos hechos nos conduce a la
reflexión sobre cómo evitar que el desdén hacia la masificación de la muerte se
vuelva a extender.
La
doctora Concepción Reverte Bernal es Licenciada en Filología
Románica y Doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Navarra,
en
España, ha sido Profesora de la Universidad de Piura, en Perú, de la
Universidad de Cádiz, en España, desde 1983, donde ejerce como
Catedrática de Literatura Hispanoamericana. Ha publicado los siguientes
libros:
Aproximación crítica a un dramaturgo virreinal peruano: Fr. Francisco del Castillo
("el Ciego de la Merced"), El teatro de Fr. Francisco del
Castillo (edición crítica),
Articulación temática en la narrativa y teatro de Mario Vargas Llosa, Fuentes
europeas - Vanguardia hispanoamericana, Teatro
y Vanguardia en Hispanoamérica y las Actas de los Congresos internacionales
Pedagogía Teatral: Conceptos y Métodos y América y el Teatro Español del
Siglo de Oro. Autora de numerosos artículos y comunicaciones en Congresos
sobre Literatura y Teatro Hispanoamericanos, ha organizado el XXXIX Congreso
del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana (IILI), Diálogos culturales, celebrado en Cádiz,
del 3 al 6 de julio de 2012, cuyas Actas están en preparación.
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