Mario Szichman: “Hugo
Chávez fue mi musa inspiradora”
En los primeros días de abril de 2013, Mario Szichman fue
entrevistado por Dariela Sosa, de Radio Caracas Radio, para que hablara sobre
su última novela, Eros y la doncella,
y sobre las elecciones que se realizarían el 14 de abril. He aquí algunos
fragmentos editados de la entrevista.
DARIELA SOSA: ¿Cómo surgió la idea de escribir Eros y la doncella?
MARIO SZICHMAN: De la muerte de un ser querido, y de la
necesidad de sobrellevar esa muerte. Mi esposa, Laura Corbalán Szichman,
falleció en octubre de 2011. Ella colaboraba para el periódico Tal Cual con
artículos sobre psicoanálisis. Era una intelectual a tiempo completo. Decidí
escribir una novela en su homenaje, no para llorar su muerte, sino para
celebrar su vida. Y en ese sentido, recibí un gran estímulo intelectual de la
profesora Carmen Virginia Carrillo, jefe del Departamento de Lenguas modernas
de la Universidad de Los Andes, Núcleo Rafael Rangel, en el estado Trujillo.
Con la profesora Carrillo discutí la estructura de la novela, las peripecias a
incluir, la manera de borrar las huellas históricas y de disolverlas en la
ficción. Y luego vino la tarea de corregir el texto. Estoy absolutamente
convencido de que esta novela sencillamente no existiría de no ser porque en
los Andes venezolanos vive la profesora Carmen Virginia Carrillo.
D.S.: ¿Encuentras alguna analogía entre Eros y la doncella y la situación que se vive actualmente en
Venezuela?
M.S.: En realidad, Eros
y la doncella es la novela que más pone en entredicho la filosofía política
del chavismo, caracterizada por la implacable persecución al adversario, la
creación de una categoría muy especial de enemigos políticos, lo que podría
calificarse de las ex personas del chavismo, y la total impunidad. Muchas veces
lo he dicho, y nunca en broma, que “Hugo Chávez ha sido mi musa inspiradora”,
al menos en el caso de mis tres últimas novelas: Las dos muertes del general Simón Bolívar, Los años de la guerra a muerte, y especialmente Eros y la doncella.
D.S.: Escribiste hace poco un artículo en el diario Tal Cual al respecto. Puedes explicar
con más detenimiento el origen del término ex personas?
M.S.: El chavismo ha actuado como los jacobinos durante el
Reino del Terror, o como los estalinistas durante la Revolución Bolchevique.
Por supuesto, en Venezuela no ha existido la guillotina o los pelotones de
fusilamiento. Pero si se ha creado la categoría de ex personas. En la
Revolución Francesa, en la Revolución Bolchevique, podía tratarse de
aristócratas, militares del viejo régimen, aquellos que vivían de rentas,
clérigos, u “ociosos”. El historiador rumano Vladimir Tismaneanu señaló que la
categoría de “ex persona”, que durante el estalinismo se extendió a vastos
sectores de la población, abrió el camino a la “taxonomía del terror de años
sucesivos”. En Venezuela empiezan a
descubrirse síntomas de que no todos los venezolanos son iguales ante la ley. Y
en tanto los chavistas parecen más iguales que otros, a los antichavistas
molestos se los castiga con toda impunidad. Ahí tenemos el caso del comisario
Ivan Simonovis, o de la jueza María Afiuni, gravemente enfermos, y que carecen
de la asistencia médica necesaria. Por cierto, la jueza Afiuni fue detenida, y
al parecer violada, simplemente porque quiso hacer justicia. Ahí están los
millares de presos que a veces aguardan a ser sentenciados más años que las
condenas que finalmente reciben. Ahí está el caso de tantos opositores
injustamente acusados, ahí está el egregio caso de la familia Barrios, cuyos
integrantes han sido diezmados sistemáticamente. Según dice The Economist, las sospechas de esas
matanzas recaen en la policía del estado Aragua. Todos ellos han pasado a
formar parte de las ex personas del chavismo.
D.S.: Quizás sea muy difícil, para uno que ha vivido en
carne propia, tener una opinión más sopesada respecto a todo lo que estamos
experimentando. Crees que Venezuela está
lista para analizar al chavismo (o al
menos el “chavismo con Chávez”) en su dimensión histórica? Consideras que la
comunidad internacional tiene las herramientas para evaluar con precisión estos
últimos 14 años?
M.S.: Creo que en Europa y en Estados Unidos se han hecho
buenos análisis de lo que ha representado el chavismo. En América Latina, el
presidente Hugo Chávez recibió en general buena prensa por su actitud de
enfrentamiento a los Estados Unidos. Si me baso en el fenómeno de Eva Perón,
creo que la opinión favorable a Chávez perdurará.
LOS VASOS COMUNICANTES
D.S.: ¿Qué vasos comunicantes existen entre tus novelas Los papeles de Miranda, Las dos muertes del general Simón Bolívar,
Los años de la guerra a muerte, y
esta última, Eros y la doncella, con
la situación que vive Venezuela?
M.S.: Yo excluiría a Los
papeles de Miranda de las novelas que escribí durante la época chavista. Los papeles de Miranda es una novela que
concluí en 1995, antes de la llegada de Chávez al poder. No la pude publicar
antes porque no encontraba editores en Venezuela. Hasta que surgió ese editor
de editores que fue José Agustín Catalá, y decidió publicarla.
Pero las tres novelas últimas: Las dos muertes del general
Simón Bolívar, Los años de la guerra a muerte, y ahora Eros y la doncella
fueron escritas bajo el influjo de Chávez. En realidad, Chávez fue una especie
de metro patrón para mí. Apenas él expresaba admiración por algo o alguien a
nivel político, de inmediato me inspiraba desconfianza.
D.S.: ¿Fue la desconfianza la que inspiró Las dos muertes del general Simón Bolívar?
M.S.: Definitivamente. Una total desconfianza en el
desaforado culto a Bolívar exhibido por Chávez. Estoy convencido de que si
Chávez hubiera hablado con serenidad de la grandeza del Libertador, yo nunca
hubiera escrito Las dos muertes del general Simón Bolívar.
D.S.: Tu novela no es precisamente un panegírico del
Libertador.
M.S.: Pero le rinde homenaje como un ser humano muy
excepcional. De todas maneras, si alguien desea conocer al verdadero Bolívar y
cómo se creó su mito con elementos espurios, tiene un libro para empezar. El
culto a Bolívar, de ese gran héroe intelectual que es Germán Carrera Damas. Y
yo también recomendaría otro, el Bolívar de Salvador de Madariaga. La
documentación es impecable. Lo único cuestionable es que Madariaga tenía el
patriotismo español metido en la sangre. Y aunque admiraba a Bolívar, en
ocasiones se nota una especie de resentimiento de señorito español porque
América Latina se liberó de la madrastra patria.
D.S.: ¿Cómo debería Venezuela manejar la relación de
admiración con sus próceres, con sus llamados padres fundadores?
M.S.: Con muchísimo cuidado. Y con una pluma calentada en el
infierno. Hubo muchos próceres que hubiera sido mejor perderlos que
encontrarlos. Te voy a dar un solo detalle: El padre fundador de Jamaica fue el
pirata Harry Morgan. Y Rusia ha tenido entre sus padres fundadores a Iván el
Terrible. Y uno de los padres fundadores y enterradores de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas fue José Stalin. Pero en el caso específico
de Bolívar no se requiere ni la admiración del presidente Hugo Chávez, ni la
mirada crítica de Mario Szichman. Porque Bolívar es muy superior a sus virtudes
y mucho más grande que sus defectos. Hay obviamente cosas muy admirables en el
Libertador. Pero también otras absolutamente detestables. Bolívar fue un
autócrata. Y entregó o mandó a fusilar a algunos próceres como Francisco de
Miranda, Manuel Piar o el almirante Padilla. Y su decreto de guerra a muerte es
el documento de un homicida.
D.S.: En Eros y la
doncella hiciste reaparecer al Precursor Francisco de Miranda.
M.S.: Fue un añadido de último momento. Y por directa
sugerencia de la profesora Carmen Virginia Carrillo, la editora de Eros y la doncella, y autora de un
extraordinario ensayo sobre el Precursor. Creo que la inserción de Miranda en
la novela cambió el texto de manera espectacular. Otra demostración más de que
las novelas no son un oficio solitario. Uno necesita la retroalimentación de
lectores inteligentes. Si quieren saber por qué ese magnífico héroe que fue don
Francisco de Miranda figura en Eros y la
doncella, no tienen que preguntármelo a mí, sino a la profesora Carrillo.
D.S.: En Eros y la
doncella tú asignas gran importancia al papel que cumplió la pornografía en
la Revolución Francesa.
M.S.: Sí. La Revolución Francesa es la primera revolución en
la historia en la cual los pornógrafos desempeñaron un rol decisivo en el
cuerpo político. Ahí tenemos el caso de María Antonieta. La condena a muerte de
la reina de Francia fue resuelta antes, mucho antes que su proceso. Se decidió
en los panfletos pornográficos que hicieron circular los aristócratas enemigos
de Luis XVI. Y no cualquiera escribía esos panfletos. Ahí están Beaumarchais,
el autor de Las bodas de Fígaro, Louvet, un famoso convencionista, que es
también uno de los protagonistas de la novela, el líder girondino Jacques
Pierre Brissot y el conde de Mirabeau, el admirable tribuno de la primera etapa
de la Revolución. Bueno, esa literatura de cloaca está presente en la prensa
chavista. Se basa en el insulto permanente, en la constante denigración
escatológica del adversario.
D.S.: ¿Qué aporta Eros
y la doncella a nuestra comprensión del chavismo?
M.S.: Uno de los temas principales de la novela es la
arbitrariedad política. El chavismo no acata ni las leyes que aprobó. Todo
depende de lo que diga el mandamás de turno. Bueno, eso es lo que ocurrió
durante el Reino del Terror en Francia. Bajo el rasero de la doncella, esto es,
la guillotina, murieron los culpables y los inocentes. Murieron aquellos cuyo
nombre había sido bien escrito, y aquellos cuyo nombre había sido mal
pronunciado. Fueron reducidos por la doncella aquellos cuya justificada detención
los condenaba al cadalso, y aquellos cuya injustificada detención los hacía
sospechosos y los condenaba al cadalso. La doncella nunca rehusó carne alguna.
Fueron ejecutados presuntos traidores, supuestos agiotistas, y personas que
nada tenían que ver con nada, por simple portación de apellidos, como un
Maille, ejecutado en lugar de un Maillet, y un Morin, que usurpó el lugar de un
Maurin. Fueron degolladas duquesas, cocineras, indecisos, vacilantes,
perplejos, indiferentes, príncipes y porteros, condes, carteros, magistrados,
sacerdotes, soldados, almaceneros, artesanos, y jornaleros. Y como esos
animales que terminan mordiéndose la cola, el Tribunal Revolucionario decidió
finalmente sentar en el banquillo de los acusados a Robespierre, uno de los
principales gestores del Reino del Terror, pues necesitaba exhibir ecuanimidad.
D.S.: ¿Hay chavismo para rato?
M.S. : Los ejemplos históricos de otros movimientos
populistas indicarían que el chavismo puede perdurar. Un poco como lo que
ocurrió con el peronismo, con el aprismo en el Perú, con el PRI en México. Todo
depende del dinero que exista en las arcas del estado. De todas maneras, el
problema con las autocracias es que nunca pueden soldar sus fisuras, pues han
sido moldeadas exclusivamente para servir a una sola persona. Cualquier régimen
surge de un proceso orgánico. La Cuarta República que surgió en Venezuela puede
haber sido espantosa, pero los políticos se turnaban en el poder. El chavismo
canceló esa posibilidad, al amputar el proceso político en Venezuela. Quizás
Carlos Andrés Pérez fue el político más poderoso y nefasto de Venezuela. Pero
el Congreso pudo destituirlo. Y de esa manera demostró que nadie estaba por
encima de la ley. El chavismo acabó con esa idea. Chávez estuvo siempre por encima
de la ley. Y sus subordinados tienen el mismo criterio. Pero si estudias otros
regímenes, si analizas por ejemplo, la Revolución Francesa, verás que en algún
momento el proceso se muerde la cola, y la impunidad cesa de manera brusca. En
algún momento el chavismo se derrumbará. Aunque tal vez luego retorne por sus
fueros.
D. S.: Algunos han sugerido que el presidente Chávez fue
envenenado por el imperio. ¿Crees en esa teoría conspirativa de la historia?
M.S.: La revista The
Economist sugirió otra teoría alternativa. Que el presidente Chávez actuó
de manera tan temeraria con su salud, como lo hizo con la economía de
Venezuela, o con la democracia. Y que tal vez uno de los venenos que lo llevó a
la tumba fue el exceso de café. La revista dice que Chávez bebía cada noche
docenas de tazas de café azucarado. Bueno, es una teoría como cualquier otra.
De todas maneras, si la tesis adelantada por algunos chavistas es cierta, y
Chávez fue envenenado por el imperio, la cosa se pone muy mal. ¿Quién garantiza
que el imperio no esté planeando ahora hacer lo mismo con el liderazgo
chavista?
Pero tampoco hay que descuidar el factor de la medicina
cubana. Creo que después del tratamiento a que fue sometido Chávez, no quedará ni un solo chavista con ganas de
ir a curarse a Cuba. Ni siquiera si padece de una uña encarnada.
D.S.: ¿Quién es el principal responsable del ascenso y
perpetuación de Chávez en el poder?
M.S.: Obviamente quienes lo votaron y lo reeligieron. No
creo que la voz del pueblo sea siempre la voz divina. Hitler no llegó al poder
por un golpe de estado, sino porque obtuvo la mayoría de votos en las
elecciones de 1933. Pero tanto Hitler como Chávez apostaron a la perversión
política para ampliar sus espacios de poder. La Constitución venezolana impedía
la reelección. Por lo tanto, se la reformó para que la reelección fuera
permitida. Y veamos ahora lo que ocurre: los organismos de justicia no hacen
justicia en Venezuela, el Tribunal Supremo Electoral acata sumisamente al
gobierno, el parlamento es apenas un sello que aprueba lo que ordena el
ejecutivo, mientras la minoría opositora es absolutamente impotente. Es decir,
la ley en Venezuela se acata pero no se cumple. Afortunadamente para tres
religiones occidentales, Chávez nunca intentó reformar los diez mandamientos.
D.S.: Un escritor es alguien que ayuda a decodificar lo más
profundo de las pasiones del ser humano. Supongo que te habrás interesado por
el tema del carisma. A mí me intriga saber cómo una persona puede ser capaz de
convocar tantas voluntades.
M.S.: Dariela, hay dos cosas en que no creo: la
espontaneidad de las masas y el carisma. Revisa la historia de todas las
revoluciones, y descubrirás que había menos espontáneos en esas revoluciones,
que los espontáneos que se lanzan al ruedo para azuzar a un toro. La
espontaneidad se organiza. Que por cierto, es uno de los temas de mi nueva
novela, El viento y la sangre. Y en cuanto al carisma, se fabrica y se
financia. El carisma que trasuntaba Eva Perón o Hugo Chávez tardó mucho en
desarrollarse, y contó siempre con interminables cadenas de radio y televisión,
con fervorosos admiradores transportados en camiones, con nutridos desfiles
espontáneos en que si algún empleado público no asistía a ellos era botado de
un puntapié en los fundillos.
D.S.: Ahora, en tu opinión, Qué aporta el carisma al
liderazgo, y el liderazgo al carisma?
Qué le recomiendas a Henrique Capriles para consolidar su carisma y su
liderazgo?
M.S.: Yo ruego que Capriles Radonski se guíe por un solo
carisma: que le diga al pueblo la verdad. Que no cometa la cotidiana impudicia
de Nicolás Maduro. El otro día un amigo me dijo una cosa bastante interesante:
Si le dieran a Maduro mil bolívares fuertes por decir la verdad, y un centavo
por decir una mentira, Maduro elegiría un centavo, porque es una persona muy
frugal.
D.S.: Tú le tienes mucho cariño a Venezuela. A través de tus
vivencias, pero sobre todo por el estudio de nuestra historia, comprendiste
cosas relevantes de nuestra idiosincrasia. ¿Qué mensaje le das a los
venezolanos para (1) sobrellevar los tiempos que nos ha tocado vivir, y (2)
motorizar el cambio hacia los tiempos que queremos vivir?
M.S.: Yo lo pediría al pueblo de Venezuela que por una vez
no vote por la prudencia, por la utilidad, por la conveniencia, sino que
apueste al milagro. Que apueste al milagro de quien cree en la concordia, no en
la impunidad. Que apueste a un hombre que confía en la honestidad y detesta la
injusticia. Y por una vez, por una sola vez al menos, que el pueblo no confíe
en las encuestas, sino en lo que le dicta el corazón. Pues Venezuela no se
divide entre chavistas y antichavistas, ni entre personas honestas y aquellas
que no lo son. Las personas honestas representan la inmensa mayoría del país.
Cualquier encuesta puede demostrar que muchas más personas creen en la justicia
que en la impunidad. Que todos los ciudadanos de Venezuela son ciudadanos de
primera, y que no existe esa división, fabricada por seres tenebrosos,
resentidos, agapazados en el Palacio de Miraflores, entre personas y ex
personas. Yo les pido a quienes escuchan este programa que confíen en el
milagro y recelen de la mentira. Venezuela ha sido siempre grande por sus
hombres civiles, nunca por sus autócratas. Es necesario volver a implantar en
Venezuela el milagro. El milagro de la civilidad, el milagro de la concordia,
el milagro de respetar al adversario, de que se diga la verdad, el milagro de
que se vuelva a hacer justicia. Creo que si los venezolanos dan la victoria a
Capriles Radonski votarán por el milagro de que Venezuela vuelva a ser un
orgullo para América Latina, no la cesta de desperdicios de cuanto bravucón y
cuanto déspota anda suelto por el mundo.
Cuando en octubre pasado el presidente Hugo Chávez fue
reelecto, yo escribí una columna en el periódico Tal Cual rindiendo homenaje a los perdedores. Pero en esta ocasión,
querría añadir algo más: en Venezuela los perdedores no son centenares, sino
millones. Por lo tanto, si esos millones hacen un esfuerzo adicional y acatan
el milagro de pelear exclusivamente por un milagro, es muy posible que dejen de
ser perdedores. Hay que convencer a otros venezolanos, tan dignos, tan honestos
como ellos, que existe un camino distinto para salvar al país de la catástrofe
económica y del abismo político en que lo ha hundido el liderazgo chavista.
Por una vez, por una sola vez, les pido a los millones de ex
perdedores que desdeñen las encuestas, que desdeñen las amenazas, que desdeñen
la impunidad y la impudicia, tanto la mentira como la conveniencia, que piensen
en Venezuela, que piensen en sus hijos, y que por una vez, por una sola vez,
voten por el milagro. Pues si esos millones de altivos ciudadanos dejan de ser
perdedores, Venezuela saldrá ganando.
Extraordinaria entrevista, Mario. Tiene un gran nivel intelectual, pero sobre todo, humano. Son muy emotivas las razones por las cuales escribiste la novela y más aún tus palabras sobre Venezuela y la opción por el milagro y la honestidad. Necesitamos muchos Mario Szichman que nos alerten y nos muestren lo que vale el país si tratamos de hacer las cosas bien y con justicia. Felicidades por la entrevista. Ojalá venga la otra parte de ella para disfrutarla también. Felicito igualmente a la periodista que hizo preguntas y comentarios tan acertados.
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