domingo, 25 de diciembre de 2016

The Stars my Destination, de Alfred Bester. El triunfo del cyberpunk


Mario Szichman


-No tienes nada dentro tuyo, Gully. 
Excepto odio y deseos de venganza-.
-Es más que suficiente-”.
The Stars my Destination.
Alfred Bester




¿Qué es cyberpunkPara sus cultores –y hay algunos excepcionales, como William Gibson, cuya novela Neuromancer es uno de los clásicos del género es un coctel narrativo. Describe sociedades de seres marginales habitando un mundo tecnológico muy avanzado. 
Tal vez la versión cinematográfica más brillante del cyberpunk es Blade Runnerun filme protagonizado por Harrion Ford, donde se confrontan escenas callejeras en Los Ángeles, plagadas de enormes anuncios publicitarios, y de taxis aéreos, con seres dedicados a toda clase de tareas extralegales, que subsisten en derruidos apartamentos. 
A diferencia de distopias como 1984, de George Orwell, donde un estado omnímodo controla hasta los gestos y el pensamiento de sus súbditos, en la narrativa del cyberpunklos gobiernos suelen ser imperceptibles, y en otras instancias han sido reemplazados por gigantescas corporaciones, o por religiones que recuerdan al Santo Oficio. 

Alfred Bester

Alfred Bester es considerado el creador del cyberpunk, y sus novelas The Demolished Man y The Stars my Destinationrepresentan portaestandartes de sus principales atributos.
The Demolished Man narraba la historia de un magnate que asesinaba a su principal contrincante para quedarse dueño absoluto del mercado. Cuando Ben Reich, propietario del conglomerado Monarch Utilities & Resources, se veía amenazado por la bancarrota,  le proponía a su rival, Craye D'Courtney, la fusión de sus empresas. D'Courtney aceptaba la propuesta, pero Reich la interpretaba mal, creía que en lugar de aceptación había existido un rechazo, y decidía asesinar a su rival. 
La novela fue escrita a mediados de la década del cincuenta del siglo pasado, cuando el psicoanálisis había adquirido gran importancia en Estados Unidos. Bester “carne de diván”, como hubiera dicho algún crítico de Freud, aprovechó sus conocimientos de terapia para trabajar temas como el olvido involuntario, o la negación.  La modernidad de su tema: la lucha por el poder en un futuro donde la tarea ya no es controlar el planeta, sino varias galaxias, y en el cual muchos seres cuentan con poderes telepáticos, funciona porque el autor tenía una suave ironía y sabía crear atrabiliarios personajes, más surgidos de la comedia italiana del Renacimiento, que de un imaginario futuro. 
Sí, un ser humano puede averiguar qué piensa otro de sus congéneres. ¿Significa eso un avance o un retroceso? En el caso de Reich, la telepatía se encarga de ofrecerle datos equivocados, cuando propone la fusión de empresas a su rival. Finalmente, el asesinato de D'Courtney conduce a Reich a los inagotables laberintos del pasado, y a descubrir que en su crimen, se ha comportado como Edipo con su padre. 
Bester, criado en la tradición del pulp, sabía que los mejores cultores de la tragedia y de la narrativa seguían siendo los griegos y los isabelinos. Recuerdo que Arnold Haino, editor de Jim Thompson en Lion Books, me dijo que cuando conoció a Thompson, le entregó algunas de las sinopsis que ofrecía a los potenciales escritores interesados en el género policial. Esas síntesis eran plots de episodios bíblicos, o de obras como Edipo ReyLas SuplicantesOtelo, o Ricardo III
Si el cyberpunk necesita seres marginales como contrapartida a los colosos de las finanzas que intentan controlar sus vidas, esos seres marginales requieren de atributos extraordinarios para sobrevivir. Bester conocía la narrativa de aventuras, y siempre surgía algún Scaramouche entre sus intérpretes. La novela de Rafael Sabattini, ambientada en los comienzos de la Revolución Francesa, y hoy algo olvidada, parece haber sugerido varios de los temas de Bester. Así como el protagonista de Scaramouche debía huir de un poderoso enemigo, y para ello se refugiaba en una troupe de cómicos de la legua Gulliver Foyle, personaje central de The Stars My Destination elude a sus enemigos tornándose en un descomunal empresario del espectáculo.


LA TRANSFIGURACIÓN DE GULLIVER FOYLE

Para The Stars my Destination, Bester eligió como trama El Conde de Montecristo, de Alejandro Dumas, la más famosa novela de venganza jamás escrita. Gulliver Foyle se introduce en la narrativa como un hombre carente de toda ambición o imaginación. En las primeras frases, ya estamos enterados de la tragedia del personaje: “Había estado agonizando durante ciento setenta días, y todavía no estaba muerto”. Foyle es un completa enigma, un ser carente de todo proyecto, a la deriva en la nave espacial Nomad. Su única intención es encontrar suficiente aire y comida en medio de la destruida nave. Pero su pasividad concluye en el momento exacto en que otro navío, aparentemente de rescate, pasa cerca suyo sin hacer maniobra alguna por salvarlo. Ese desaire lo saca a Foyle de su pasividad, y lo convierte en un monstruo cuyo único propósito es vengar la afrenta. 
La necesidad de venganza reconstruye la mente de Foyle. Adquiere numerosas destrezas, inclusive un lenguaje muy sofisticado, y consigue grandes sumas de dinero, para concretar su el desquite.  
Si en The Demolished Man la principal forma de comunicación era la telepatía, en The Stars my Destination el método de transporte es the jaunt, la movilización instantánea de un punto a otro a través de la mente
Al igual que Edmond Dantès en El Conde de Montecristoel renacimiento de Foyle se registra en una prisión, “Gouffre Martel”, situada en una enorme caverna a prueba de tele transportación. En la prisión, nuevamente siguiendo los pasos de Dantès, Foyle establece un contacto clandestino con una prisionera, Jizbella McQueen. Ella cumple las funciones del abate Farías. Educa al cautivo, quien puede urdir un plan de fuga a fin de concretar la venganza. Tras escapar con Jizbella, Foyle localiza los restos del navío especial en que había estado prisionero, descubre que existe un material de guerra llamado PyrE, que podría convertirlo en el amo del mundo, y se reinventa, tal como lo hizo previamente Dantès, asumiendo el nombre de Geoffrey Fourmyle.
Una de las cualidades de The Stars My Destination es la creación de Gulliver Foyle. Mientras agoniza en su navío, Foyle es un hombre violento, incapaz de compasión. Pero la relación con Jizbella va cambiando sus características externas, aunque no las internas. Y ahí Bester crea una figura que imita la dicotomía del doctor Jekyll y de Míster Hide. ¿Cuál es el verdadero Foley, el encantador hombre de mundo que seduce multitudes con sus modernos espectáculos, o la fiera salvaje que anida en su interior, y es capaz de toda clase de iniquidades? 
Las pasiones más ancestrales de un ser humano pueden coexistir perfectamente con una colectividad del siglo veinticinco. La sociedad tiene la capacidad de transportar a seres humanos de manera casi instantánea, de un lugar a otro. (Bester bromeaba que ese tipo de desplazamiento solo podría servir para engañar a cónyuges, cuando un miembro de una pareja deseaba encontrarse con su amante). También puede hacer prodigios en materia tecnológica. Pero ¿qué ocurre con la naturaleza humana? ¿Puede prosperar tanto como la tecnología? 
Bester usa una metáfora para demostrar que la modernidad está en los inventos, pero no anida en el corazón. Si los trágicos griegos, o Shakespeare, han llegado a la tierra para quedarse, es porque consiguieron reflejar mejor que nadie las pasiones que nos animan y también nos destruyen. 
El rostro de Foyle ha sido marcado por un tatuaje delator. Cada vez que lo anima alguna pasión destructiva, esa pasión enciende su rostro, mostrando las facciones de un tigre. Foyle logra que un cirujano le quite el tatuaje. Pero debe evitar toda emoción, pues la marca retornará a su rostro. Y en circunstancias que ponen en peligro su vida. 
El poder de la mente está muy presente en The Stars my Destination. La mente obliga a Foyle a controlar sus emociones, para no ser delatado por la pasión. El transporte por telepatía se logra gracias al deseo de viajar, y PyrE, el explosivo para acabar con todos los explosivos, y también con la raza humana, es activado por el pensamiento. El deseo de destrucción en la humanidad sigue siendo el más poderoso instrumento de destrucción. 
El final tiene el poder exhibido por la novela en su conjunto. Foyle agoniza, tras numerosas peripecias en que intentó la destrucción de sus enemigos, y del universo entero. Su locura ha cedido el paso a la reflexión, a la necesidad de perpetuación. Moira, esposa, de Foyle, contempla su rostro. Alguien pregunta a Moira: “¿Está muriendo?” Moira responde: “No, recién está despertando”.

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