sábado, 17 de febrero de 2018

Los sospechosos habituales: Casi todos los habitantes del planeta

Mario Szichman



Si alguien me propusiera crear una publicación, no la haría en el formato de un periódico o de una revista tradicional. Me restringiría a imitar The Fortean Times, subtitulado “El diario de los fenómenos extraños”. The Fortean Times se especializa en todo aquello que resulta absurdo o extravagante. Inclusive emplea una especie de barómetro de fluctuaciones portentosas.
La publicación rinde continuo homenaje a Charles Hoy Fort (1874—1932), quien nació en Albany, Nueva York. Su pasión era recopilar datos e historias sobre fenómenos que podrían ser considerados inexplicables en su época.  Los editores de la publicación The Fortean Times no califican esos fenómenos de “paranormales” por una simple razón: ¿existen acaso fenómenos normales? Con ayuda del internet, y de periódicos de todo el mundo, The Fortean Times compendia indagaciones que, según explican orgullosos sus redactores, “son excepciones que no explican regla alguna”.
Desde que la publicación inició en 1973 su repertorio de extrañas noticias, cosas muy raras han ocurrido en el mundo. Es seguro que acontecían también antes, pero nadie se había preocupado por acopiarlas. Por ejemplo, la desaparición inesperada de personas –estamos aludiendo a países democráticos, no a dictaduras--  la combustión espontánea de seres humanos, apariciones de Objetos Voladores No Identificados, o de monstruosas criaturas marinas en lagos de todo el mundo, pero especialmente en Irlanda, de heridas causadas por estigmas, de lluvias de piedras o de animales desde el cielo, de hombres y niños lobos, de personas que levitan a la vista de todo el mundo, así como el surgimiento de nuevas especies vegetales y animales, y la proliferación de crímenes cometidos por seres vestidos con extrañas ropas, especialmente payasos.

EL PADRE FUNDADOR


Charles Hoy Fort

Charles Hoy Fort pasó buena parte de su vida en las principales bibliotecas de Londres y de Nueva York acumulando una enorme base de datos relacionados con anomalías difíciles de explicar. Fort escribió cuatro libros sobre esos fenómenos, el más famoso de ellos The Book of the Damned (1919). Varios de sus libros se siguen imprimiendo. Ha creado un culto, y entre sus seguidores figuraron famosos autores de relatos de ciencia ficción, como Theodore Sturgeon, August Derleth, Philip Jose Farmer, James Blish y Charles Harness.
En 1942, Ben Hecht, un gran guionista de cine, dijo que Fort era “El Apóstol de la Excepción, El Guardián de los Fantasmas, el Observador de los Rayos Secretos,  el Vengador de Toda Teoría Olvidada, de las Causas Perdidas y de los Cometas Extraviados de su Curso, además de Sacerdote de lo Improbable, e Inspector de Idioteces”.
Tal vez una de las tareas más iconoclastas de Fort consistió en explicar que la ciencia, en muchas ocasiones, se comportó como una religión. Por ejemplo, Voltaire desestimó la existencia de fósiles. Y Lavoisier informó en 1769 a la Academia de Ciencias de Francia que solo campesinos idiotas podían creer que caían piedras del cielo. De esa manera, los científicos debieron esperar hasta otra reunión de la Academia, en 1803, para aceptar la existencia de meteoritos.

RECOPILANDO LO INUSUAL

Reviso la antología Strange Days # 1 que publicó The Fortean Times en 1995, y que fue publicada en Estados Unidos por Cader Books. Algunos eventos explican el tipo de noticias que buscan asiduamente los editores de la publicación. Por ejemplo, en Australia, un motociclista que masticaba chicles resbaló en el pavimento y se mató cuando una gigantesca burbuja que estaba soplando en su boca estalló, y se quedó pegada a sus anteojos, impidiéndole toda visión.
En Bangkok, Tailandia, un abogado citó como testigo a un fantasma. En Alemania, un vidente llevó ante un tribunal a la hechicera Judith Knight, tratando de quitarle la custodia de Ramtha, el espíritu de un guerrero de 35.000 años de antigüedad. Knight ganó el juicio, y ahora Ramtha está bien custodiado en su hogar.
En Uganda, el periódico The Monitor informó en uno de sus principales titulares que “Espíritus diabólicos se enfrentaron con el Espíritu Santo”, aunque no informó quien salió ganador en ese encuentro.
Entre los fenómenos letales más habituales en Japón, dijo The Fortean Times, figura el de morir haciendo reverencias. Por lo menos 24 residentes de Tokio habían fallecido entre 1990 y 1995, mientras hacían cortesías a algún conocido. Cinco cayeron a las vías del tren tras golpear sus cabezas, siete murieron en choques en las escaleras, y muchos más resultaron heridos en puertas giratorias.
En Kragero, Noruega, el conductor de una ambulancia y un enfermero, fueron a una dirección equivocada, colocaron a un noruego muy sano en una camilla, pese a sus protestas, y lo condujeron al hospital. Entre tanto, el verdadero paciente, que tenía el mismo nombre, vivía en la misma localidad,  y se hallaba aquejado de anemia aguda, se dirigió al hospital conduciendo su propio automóvil. Pero no pudo convencer al encargado de los registros que lo admitiera en el nosocomio, pues ya había un hombre con el mismo nombre y apellido, residente en la misma zona. El hombre ya estaba siendo atendido por los médicos.

¿CALIFICA SNOWDEN PARA THE FORTEAN TIMES?

El caso de Edward Snowden, el experto en computadoras, ex empleado de la CIA y de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, quien entregó miles de documentos secretos a la prensa internacional, podría haber ingresado tranquilamente en las noticias de The Fortean Times. El episodio protagonizado por Snowden no se destaca por sus sensacionales revelaciones sino por su ridiculez total, donde se combinan los delirios propios de las súper potencias con la falta total de sentido del humor.
¿Cuál fue el escándalo divulgado por Snowden? Que el gobierno del ex presidente Barack Obama había encomendado a los organismos de inteligencia norteamericanos espiar a prácticamente casi todos los habitantes del planeta.
La población mundial alcanza en la actualidad a casi 8.000 millones de personas. Los organismos de inteligencia de Washington parten de la premisa que todos esos seres son eventualmente sospechosos, y tienen que ser vigilados. Pero, como siempre, hay excepciones. No pueden ser monitoreados los habitantes de Australia, Canadá, Nueva Zelanda y el Reino Unido, a raíz de un acuerdo suscripto el 28 de agosto de 1947. Curiosamente, los otros seres humanos exentos de toda vigilancia son los miembros de al-Qaida y de otras organizaciones de insurgentes islámicos, aunque por diferentes razones.
Según explicó Edward N. Luttwak en The Times Literary Supplement[1],  tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center y el Pentágono, Osama bin Laden y sus socios decidieron acogerse a una antigua costumbre de la mafia neoyorquina, que ordenó a sus miembros dejar de lado el teléfono como medio de comunicación. Por lo tanto, es bastante problemático vigilar a ese grupo tan peligroso.
Para decirlo en términos más concretos: los organismos de inteligencia estadounidenses cuentan con los medios para espiar a todo el mundo de manera indiscriminada, pero el método falla donde más interesa su funcionamiento: en relación con quienes han declarado la guerra a Estados Unidos.
Luttwak dijo que esas organizaciones no generan imágenes, ni siquiera señales. Por lo tanto, “no pueden ser derrotadas sino existe personal en el terreno”. Eso incluye la infiltración de sus estructuras, detección de sus operarios en los sitios donde pueden emerger, “atraerlos hacia trampas, todas esas actividades que la CIA realiza de manera espléndida en las películas”, pero “nunca en la vida real”.

LA PIRÁMIDE INVERTIDA

El jefe de estado o de gobierno de una gran potencia suele tener ciertas ofuscaciones mesiánicas. También ocurre con toda persona cuyo cargo le permite creerse más allá del común de los mortales. El sueco Dag Hammarskjöld, segundo secretario general de la ONU, fue uno de los más agobiados por esos delirios de grandeza. Sus memorias, y testimonios de testigos, indican que creía poseer poderes para alterar el destino de algunos países. Hammarskjöld retornó por breves momentos a la realidad previo a su muerte en un misterioso accidente de aviación en 1961. (Algunos sospechan que su destino fue alterado por el gobierno de un país cuyo porvenir deseaba trastornar).
En el caso del presidente de Estados Unidos, el hecho de que uno de sus pasatiempos favoritos sea administrar justicia desde el cielo a través de los drones, hace presumir cierto furor imaginativo. Tal vez supone que acechar las conversaciones de la inmensa mayoría de los mortales de este planeta debe tener sus recompensas. Si bien muchos seres que oyen voces suelen ser recluidos en habitaciones con paredes acolchadas, en el caso del ex jefe de estado norteamericano las señales son reales. Pero ¿de qué sirve? La canciller de Alemania Angela Merkel descubrió indignada que la NSA grababa sus conversaciones. ¿Qué puede enunciar Angela Merkel por su celular capaz de afectar la estabilidad mundial?
Lutwatt señaló que ese intento de recolectar toda señal que transmite ondas hertzianas, y luego “procesarla”, es un fenomenal chasco para engañar al contribuyente norteamericano y forzarlo a seguir financiando agencias de inteligencia que suelen llegar tarde o nunca.
“Procesar”, dijo el columnista, es un “buen término capaz de abarcar todo, a fin de obscurecer la irremediable imposibilidad de entender” con suerte, “apenas una fracción infinitesimal de la inmensa cantidad de intercepciones”.

CUANDO MÁS GRANDE, MEJOR

Pese a ser un comentarista alineado con la derecha norteamericana, Luttwat muestra gran simpatía por Snowden. Lo considera un patriota y un constitucionalista. Su propósito, al divulgar informes confidenciales, fue como protesta, pues considera que la intercepción en masa de las comunicaciones y la violación de la privacidad “debilitan a Estados Unidos a nivel moral, fiscal, y operacional”. También le asigna una cuota de heroísmo: “Su devoción por la Constitución llevó (a Snowden) a abandonar su vida en una isla muy bella, así como su novia, una vivienda placentera, y un salario de 200.000 dólares anuales”.
Pero Snowden sigue demostrando el papel que cumple el individuo en la historia. Hay toda clase de individuos muy valiosos. Algunos contribuyen a localizar y aprehender individuos que causan problemas a otros seres humanos, otros ayudan a nuestra sobrevivencia, a enseñar, a hacer nuestra vida más grata. Y también existen quienes desenmascaran a aquellos que desde sus altares creen sobrevolar la historia como si fueran drones.

OTRA TAREA DE THE FORTEAN TIMES

También The Fortean Times dedica parte de sus investigaciones a la estupidez humana. Por ejemplo, una oleada de ataques a cuchilladas contra acordeones alemanes, un juicio entablado por un abogado francés a sus seis alter egos, el crecimiento de los cultos religiosos al margen de las religiones oficiales, junto con  la ineptitud y la tontería.  Se acrecienta la credulidad humana, y disminuye el escepticismo. También se acrecientan los jueces implacables.  En Manila, el bautizado “Juez de la horca”, señaló que toda persona condenada a muerte debe ser arrojada a un gigantesco acuario repleto de víboras venenosas y luchar contra ellas.
La publicación destaca que en el curso de un solo año, se registraron un aumento de las profecías, los desastres naturales o causados por el hombre, extrañas caídas de objetos desde el cielo, combustiones espontáneas de personas, apariciones de monstruos marinos, y epidemias de ineptitud y estulticia. Pero ese mismo año disminuyeron las cifras de los milagros, los secuestros de personas por extraterrestres, y los episodios de mala suerte.

FENÓMENOS PARANORMALES

Aunque los seres humanos cometen toda clase de tonterías, la prensa tradicional, inclusive la que aparece disfrazada de tabloide, deja pasar bajo el radar la gran mayoría de las cosas insólitas.
Nuestros gobernantes nunca se aburren de enunciar estupideces, pero quienes deben registrar sus comentarios pronto excluyen esas tonterías de sus crónicas. En otras épocas, esos gobernantes diseñaban estrategias estrambóticas, de esas que abren las puertas a un asilo psiquiátrico. Esas estrategias continúan siendo diseñadas. Pero es más fácil para la prensa explicar de manera razonada los delirios engendrados por el poder, que evidenciarlos. De lo contrario, todos los días varios gobernantes serían derrocados por incompetencia.

REVELANDO LA REALIDAD

Afortunadamente, para los redactores de The Fortean Times lo insólito sigue siendo insólito. Inclusive las rancias costumbres que practican algunos pueblos son lúcidas evidencias de insensatez.
Por ejemplo, la cortesía japonesa incluye la reverencia. Pues bien, la publicación descubrió que ese acto de urbanidad puede ser letal. Se calcula que 24 residentes de Tokio murieron en un lapso de cinco años por inclinar la cabeza ante otra persona en señal de respeto. Cinco cayeron en las vías del tren cuando chocaron sus cabezas durante la reverencia, otros siete en esquinas y en colisiones en escaleras y ascensores, y muchos otros resultaron heridos al hacer reverencias en puertas giratorias.
Una variante interesante de la estupidez humana es la política. Pero hay quienes saben aprovecharse de ella para saltar al estrellato.
En Dinamarca, el cómico Jacob Haugaard llegó al parlamento gracias a una brillante campaña en que prometió mejorar el estado del tiempo, y ofrecer viento de cola a los ciclistas, para que marchasen más rápido. Pero quizás el mayor porcentaje de votos lo consiguió al garantizar a cada votante masculino el derecho a ser impotente.
Su triunfo fue apabullante.



[1] Lutwatt comentó el libro The Snowden Files, donde se hace un recuento de las tribulaciones padecidas por el ex analista de inteligencia.

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