domingo, 17 de mayo de 2015

¿Es que el chavismo y la oposición viven en la isla de la fantasía? Reportaje a Diego Arria

Mario Szichman
(Segunda Parte: La oposición)


Diego Arria (foto: Mario Szichman)

“Estoy –por ahora– en Nueva York porque el régimen ordenó arrestarme por un fantasioso delito del cual ni hablan ya, pues nunca existió.
“No he sido un opositor a control remoto sino muy adentro de la tragedia. Desde que el 4 de febrero de 1992 cuando ingresé con el presidente Carlos Andrés Pérez a Miraflores y vi el suelo la entrada de su despacho todavía ensangrentada por el teniente que Chávez había enviado a matar a CAP. Allí  supe quién era ese señor y lo  adversé públicamente desde entonces, tanto en Venezuela como en el exterior. Sin dudas hice valer mis relaciones en el mundo para estos propósitos. Te digo esto, Mario, porque algunos desinformados, para llamarlos de alguna manera dicen que me activé solo después que el difunto ordenara el asalto y saqueo de nuestra hacienda La Carolina. Soy tal vez  el único político que ha sido afectado en su patrimonio.

“Por cierto, ni un solo  dirigente político se atrevió a solidarizarse en esta causa tan importante. Temían al finado. En nombre de casi cuatro mil venezolanos atropellados por estos delitos documentamos la denuncia formal que presenté a la Corte Penal Internacional en La Haya. La justicia divina se le adelantó a la Corte”.


Esa podría ser otra de las cartas de presentación de Diego Arria, un veterano de las lides políticas en Venezuela, y un funcionario internacional con destacada participación en las Naciones Unidas. En 1973, Arria participó en la campaña electoral de Carlos Andrés Pérez, siendo posteriormente diputado por el Estado Miranda, gobernador del Distrito Federal de Caracas, presidente del Centro Simón Bolívar y el primer ministro de Información y Turismo. En materia de derechos humanos, Arria ha sido siempre daltónico. Viajó en 1975 a Chile a fin de solicitar al dictador Augusto Pinochet que liberara a su amigo, el ex canciller y último ministro de la defensa de Allende,  Orlando Letelier, recluido en la Isla Dawson. Fue el primer liberado y Arria lo trajo a Venezuela al igual que a  otros presos, de todas las filiaciones políticas, quienes trabajaron en la gobernación.  
Como crítico, fundó a finales de los setenta El Diario de Caracas, un periódico que marcó pauta en el periodismo venezolano; y desde entonces no ha dejado de escribir en diversos diarios de Venezuela y el mundo.  

En el área internacional, fue representante de Venezuela en las Naciones Unidas, y presidente del Consejo de Seguridad. Luego secretario general asistente de la ONU y asesor especial del secretario general Kofi Annan. Hoy sigue asociado a consejos asesores de instituciones como el International Crisis Group, la escuela de Estudios Internacionales de American University en Washington DC, Brandeis University Académico visitante en la Universidad de Columbia, en el Council on Foreign Relations y en el directorio de la Academia Internacional de la Paz, en Nueva York.

Mario Szichman: ¿Se van a realizar elecciones parlamentarias en Venezuela?
Diego Arria: Si lo creo. Pero las elecciones nada van a cambiar, sin importar si las ganamos o las perdemos. Sin embargo esta realidad no es compartida con los electores.  La MUD ofrece soluciones que sabe que  no estarán a su alcance no importa cuántos diputados se elijan.
M.S: ¿Crees que los chavistas pueden perder las elecciones?
D.A.: Si fueran limpias no hay duda que serían vencidos hasta por un margen de 50%. Podrían perder las elecciones, pero no el poder. Digamos que la oposición saca el 60 o más por ciento de los votos. Entonces ¿qué hace el régimen? Los colectivos armados impiden entrar a los diputados opositores a la Asamblea Nacional. El régimen no da plata a administraciones en poder de la oposición. Puede acelerar la implantación de la ley de las comunas. ¿De qué nos han servido a nosotros los 60 diputados que tenemos en la Asamblea Nacional? Han servido para que se promuevan algunos de ellos, pero para el país, nada.
M.S.: La MUD dice que un triunfo en las elecciones parlamentarias permitirá cambiar el modelo económico…  
D.A.: … Como si la Asamblea manejara la economía…
M.S.: … Y que va a liberar a los presos políticos…
D.A: … Supongamos que los diputados opositores aprueban. ¿Cómo las van a implementar? La mitad de los miembros del Tribunal Supremo de Justicia ya están nombrados, por 12 años. Nombraron a los miembros del Consejo Nacional Electoral por siete años, nombraron al nuevo Contralor.
M.S.: Algunos te acusan de cargar un Memorial de Agravios contra sectores de oposición. ¿Por qué muestras tanta indignación ante fuerzas que algún día podrían reemplazar al chavismo?
D. A: La verdad, Mario, que no tengo la práctica de guardar memoriales porque opino públicamente y de manera muy independiente. El no depender ni política ni económicamente ni de partidos ni de grupos económicos es lo que me hace muy incómodo para ellos. Y me lo cobran. Por ejemplo, cuando el régimen ordenó mi arresto la MUD rechazó el acto contra sus amigos pero no dijo una sola palabra sobre mí. Los entiendo porque debe ser terrible estar obligado a hacer cosas incorrectas y tener que acomodarse. En serio me apena por ellos.
M.S.: Has participado en varios eventos electorales en Venezuela. No pareces muy satisfecho ni de los resultados, ni del comportamiento que tuvo la oposición. 
D.A.: Para contestarte a ti y a tus lectores permíteme ubicarme en el  contexto de estos “16 años terribilis”, como diría la Reina Isabel.
Estuve como voluntario de Súmate el día del referéndum revocatorio presidencial del 15 de agosto 2004, y vi cómo no se defendió –como se debía– el triunfo. No se protestó el resultado fraudulento y se aceptó como válido. 
Luego formé parte de la campaña presidencial  de Manuel Rosales de 2006 como coordinador de las dos empresas internacionales  que realizaron los exit polls, y presencié con asombro- y si con verdadera indignación- la entrega prematura de Rosales, quien admitió la derrota cerca de las 7:00 pm, cuando aún no se habían cerrado todas las mesas y no se había contabilizado las Constancias de Verificación Ciudadana. Ni llegó a hablar con los asesores que contratamos y que aseguraban que había fraude.
 Un  año después en 2007 vi cómo el día del referéndum por la reforma constitucional los coordinadores políticos de los partidos reunidos en el Centro Lido querían reconocer a  las 5 pm una supuesta victoria del SI, lo que fue impedido por una acción vigorosa liderada por Leopoldo López, Yon Goicoechea  y Gustavo Tovar, que forzaron a que Chávez aceptara su derrota. Entiendo que el General Raúl Baduel también jugó un rol importante ante la Fuerza Armada.
Sigo con este recuento. Chávez, al perder el referéndum que impedía su reelección indefinida, lo que le obligaría a abandonar el poder a principios de 2013, esperó un poco y en 2009 le puso una zanahoria “irresistible” a nuestros alcaldes, diputados y gobernadores con la enmienda constitucional, que les permitiría a ellos, al igual que a Chávez, reelegirse indefinidamente. No se habla de este antecedente. Si se hubiese pensado en el país y no en puesticos, la historia podría haber sido otra, pero a los nuestros les gusta la reelección igual que a los chavistas.
Llegamos a la elección del 7 de octubre de 2012, cuando el candidato Henrique Capriles se apresuró a declarar “Yo voy a ser claro y raspao, aquí no hubo fraude, lo digo clarito”. Nunca se contaron los votos como se había comprometido el candidato y la MUD.
M.S.: Y ahora llegamos a la elección crucial, la de abril de 2013, en que se enfrentaron Nicolás Maduro y el líder opositor Henrique Capriles.
D.A.: Aceptamos ir a elecciones contra un candidato ilegitimo, que usurpaba funciones nada menos que de presidente encargado de la República. Por esa y otras consideraciones, el 12 de marzo de ese año le dirigí una carta pública a Capriles (http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/155895/los-consejos-de-diego-arria-a henrique-capriles-de-cara-a-su-nueva-campana-electoral/) donde le decía que, en primer lugar, dejase en claro que no estaba “legitimando ni avalando semejante ilegalidad”, y que exigiese “la eliminación del sistema biométrico –máquinas captahuellas”, algo “crucial, clave, impostergable, innegociable”, pues representaban “un elemento adicional de intimidación al elector al pensar que identificaba su voto”.  Después de ganar, Capriles aseguró que no se reconocería el resultado sin antes contarse “hasta el último voto”. Esto tampoco se cumplió. En vez de defender la victoria, le ofreció al país la opción de “drenar la arrechera tocando cacerolas con fuerza y con salsa”. Palabras que la historia recogerá como símbolo de nuestra decadencia.
M.S.: ¿Sugieres que no hay posibilidad alguna de salvación para Venezuela si la MUD sigue liderando a la oposición?
D.A.: Así es Mario. He declarado y publicado en toda clase de medios que mientras no se arme una verdadera Gran Alianza Nacional que integre a los distintos sectores del país no lograremos tener una verdadera unión que es superior a una unidad que sea realmente representativa del país. Que los partidos son importantes pero como vemos no son para nada suficiente. Así lo corrobora la temperatura política del país y su muy escaso respaldo popular. Después de la narrativa que te hice de mis experiencias con esa dirigencia en estos 16 años es evidente que no  puedo tenerles confianza. De hecho igual aplican el viejo principio de la General Motors: “Lo que es bueno para GM es bueno para los Estados Unidos”. La MUD cree y practica que lo que es bueno para sus partidos es bueno para el país. Lo acontecido nos indica que eso no es cierto.
M.S.: Ahora soy yo el que empieza a alarmarse. Si la MUD no sirve cómo fuerza opositora, el peligro es que el chavismo se quede en Venezuela para siempre. ¿Qué ofreces como alternativa?
D.A.: Para poder opinar sobre las próximas elecciones a la AN era necesario que resumiera algunas de estas experiencias en las que he participado o  que he presenciado. Pues eso ayuda a entender la razón del muy escaso respaldo, confianza y credibilidad que tienen los partidos que integran la MUD, convertida hoy en una franquicia electoral que ejerce como un verdadero monopolio de la voluntad popular. Por ejemplo, entiendo que el 70% de los candidatos serán seleccionados a dedo. Esa práctica “cogollérica”  llevó a los partidos a desembocar en Hugo Chávez por la falta de representatividad y legitimidad de sus candidatos. Por cierto esos candidatos  corren el riesgo de ser eliminados por no seguir las condiciones del CNE.
M.S.: A Leopoldo López lo arrestaron acusándolo de incitar a la violencia durante las manifestaciones de marzo del año pasado. Ahora ¿de qué lo pueden acusar al alcalde de Caracas Antonio Ledezma? El gobierno parece haber demostrado con su arresto que está en condiciones de hacer lo que se le antoja. Ni siquiera necesitaba una excusa para detenerlo. Es un poco como en Alicia a través del espejo. La Reina comenta el drama del mensajero del Rey. “Él se halla ahora en prisión, y lo están castigando. El proceso no comenzará hasta el próximo miércoles, y por supuesto, la perpetración del crimen vendrá recién al final”. ¿Es eso lo que ocurrió con Ledezma?
D.A.: Yo quedé igualmente sorprendido por ese arresto. Creo, como tú, que el régimen le ha ido tomando la temperatura a la oposición de manera progresiva. Primero escogen a Leopoldo, luego a Ledezma. Ya se olvidaron y ni mencionan el invento del magnicidio donde me involucraron para impedirme regresar al país so pena de ser arrestado. Debo aprovechar para destacar que, como ves,  no soy un prófugo sino un perseguido del régimen. Por cierto el caso Ledezma ha despertado un interés mundial, porque es el alcalde de la nuestra capital. López es hoy el líder político más popular víctima, de este régimen infame. Pero claro, Ledezma es una autoridad, en el fondo se ve como la segunda del país, por representatividad de votos. Es más grave institucionalmente que la de Leopoldo.
M.S.: Tú has dicho en varias ocasiones que Chávez nunca engañó a nadie.
D.A.: Así es. En el discurso que pronunció Chávez en la Universidad de La Habana ante jerarcas cubanos, tras salir de la cárcel, dijo exactamente lo que se proponía: crear un estado comunista, y expresó un rechazo total al sistema político que prevalecía en Venezuela. Y muchos venezolanos pensaron “¿Para qué nos vamos a alarmar con él? Estamos muy cómodos aquí. Nosotros no somos cubanos. A nosotros no nos va a ocurrir lo de Cuba. Eso es un trapo rojo, un peine”. Después, no todo el mundo pone atención a los largos discursos. Por último, muchos empresarios pensaron que era más fácil manejar a un teniente coronel de Barinas, que manejarse con los partidos políticos. Y luego muchos de ellos pagaron las consecuencias.
M.S.: Numerosos empresarios alemanes pensaron también que podrían manejar a Hitler. Después de todo, apenas había alcanzado el rango de cabo...
D.A.: … Sí, y Chávez era un teniente coronel de Barinas, nada que temer. En definitiva, subestimaron a Chávez que nunca engañó a nadie. Los venezolanos se auto engañaron. Y desde esa época, se ha entronizado la irresponsabilidad de muchos dirigentes políticos que siguen promoviendo el vivir en  negación de la realidad, “No hay que alterar los procesos electorales”, señalan. De esos procesos electorales viven ellos, pero no siempre el país. Y eso, Mario, es imperdonable.
M.S.: Con tu prédica ¿no estás convocando a la abstención?
D.A.: Siempre he votado. Nunca he promovido la abstención. Pero seguiré protestando  y denunciando al ministerio de elecciones –Consejo Nacional Electoral – y a las Fuerzas Armadas  por su complicidad electoral con este régimen dictatorial, despótico y tramposo.



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