Mario Szichman
Si alguien me
propusiera crear una publicación, no la haría en el formato de un periódico o
de una revista tradicional. Me restringiría a imitar The Fortean Times, subtitulado “El diario de los fenómenos
extraños”. The Fortean Times se
especializa en todo aquello que resulta absurdo o extravagante. Inclusive
emplea una especie de barómetro de fluctuaciones portentosas.
La
publicación rinde continuo homenaje a Charles Hoy Fort (1874—1932), quien nació
en Albany, Nueva York. Su pasión era recopilar datos e historias sobre
fenómenos que podrían ser considerados inexplicables en su época. Los editores de la publicación The Fortean Times no califican esos
fenómenos de “paranormales” por una simple razón: ¿existen acaso fenómenos
normales? Con ayuda del internet, y de periódicos de todo el mundo, The Fortean Times compendia indagaciones
que, según explican orgullosos sus redactores, “son excepciones que no explican
regla alguna”.
Desde que la
publicación inició en 1973 su repertorio de extrañas noticias, cosas muy raras
han ocurrido en el mundo. Es seguro que acontecían también antes, pero nadie se
había preocupado por acopiarlas. Por ejemplo, la desaparición inesperada de
personas –estamos aludiendo a países democráticos, no a dictaduras-- la combustión espontánea de seres humanos,
apariciones de Objetos Voladores No Identificados, o de monstruosas criaturas
marinas en lagos de todo el mundo, pero especialmente en Irlanda, de heridas
causadas por estigmas, de lluvias de piedras o de animales desde el cielo, de
hombres y niños lobos, de personas que levitan a la vista de todo el mundo, así
como el surgimiento de nuevas especies vegetales y animales, y la proliferación
de crímenes cometidos por seres vestidos con extrañas ropas, especialmente
payasos.
EL PADRE
FUNDADOR
Charles Hoy Fort
Charles Hoy
Fort pasó buena parte de su vida en las principales bibliotecas de Londres y de
Nueva York acumulando una enorme base de datos relacionados con anomalías
difíciles de explicar. Fort escribió cuatro libros sobre esos fenómenos, el más
famoso de ellos The Book of the Damned
(1919). Varios de sus libros se siguen imprimiendo. Ha creado un culto, y entre
sus seguidores figuraron famosos autores de relatos de ciencia ficción, como
Theodore Sturgeon, August Derleth, Philip Jose Farmer, James Blish y Charles
Harness.
En 1942, Ben
Hecht, un gran guionista de cine, dijo que Fort era “El Apóstol de la
Excepción, El Guardián de los Fantasmas, el Observador de los Rayos
Secretos, el Vengador de Toda Teoría
Olvidada, de las Causas Perdidas y de los Cometas Extraviados de su Curso, además
de Sacerdote de lo Improbable, e Inspector de Idioteces”.
Tal vez una
de las tareas más iconoclastas de Fort consistió en explicar que la ciencia, en
muchas ocasiones, se comportó como una religión. Por ejemplo, Voltaire
desestimó la existencia de fósiles. Y Lavoisier informó en 1769 a la Academia
de Ciencias de Francia que solo campesinos idiotas podían creer que caían
piedras del cielo. De esa manera, los científicos debieron esperar hasta otra
reunión de la Academia, en 1803, para aceptar la existencia de meteoritos.
RECOPILANDO
LO INUSUAL
Reviso la antología
Strange Days # 1 que publicó The Fortean Times en 1995, y que fue
publicada en Estados Unidos por Cader
Books. Algunos eventos explican el tipo de noticias que buscan asiduamente
los editores de la publicación. Por ejemplo, en Australia, un motociclista que
masticaba chicles resbaló en el pavimento y se mató cuando una gigantesca
burbuja que estaba soplando en su boca estalló, y se quedó pegada a sus
anteojos, impidiéndole toda visión.
En Bangkok,
Tailandia, un abogado citó como testigo a un fantasma. En Alemania, un vidente
llevó ante un tribunal a la hechicera Judith Knight, tratando de quitarle la
custodia de Ramtha, el espíritu de un guerrero de 35.000 años de antigüedad.
Knight ganó el juicio, y ahora Ramtha está bien custodiado en su hogar.
En Uganda, el
periódico The Monitor informó en uno
de sus principales titulares que “Espíritus diabólicos se enfrentaron con el
Espíritu Santo”, aunque no informó quien salió ganador en ese encuentro.
Entre los
fenómenos letales más habituales en Japón, dijo The Fortean Times, figura el de morir haciendo reverencias. Por lo
menos 24 residentes de Tokio habían fallecido entre 1990 y 1995, mientras hacían
cortesías a algún conocido. Cinco cayeron a las vías del tren tras golpear sus
cabezas, siete murieron en choques en las escaleras, y muchos más resultaron
heridos en puertas giratorias.
En Kragero,
Noruega, el conductor de una ambulancia y un enfermero, fueron a una dirección
equivocada, colocaron a un noruego muy sano en una camilla, pese a sus
protestas, y lo condujeron al hospital. Entre tanto, el verdadero paciente, que
tenía el mismo nombre, vivía en la misma localidad, y se hallaba aquejado de anemia aguda, se
dirigió al hospital conduciendo su propio automóvil. Pero no pudo convencer al
encargado de los registros que lo admitiera en el nosocomio, pues ya había un
hombre con el mismo nombre y apellido, residente en la misma zona. El hombre ya
estaba siendo atendido por los médicos.
¿CALIFICA
SNOWDEN PARA THE FORTEAN TIMES?
El caso de
Edward Snowden, el experto en computadoras, ex empleado de la CIA y de la
Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, quien entregó miles de
documentos secretos a la prensa internacional, podría haber ingresado
tranquilamente en las noticias de The
Fortean Times. El episodio protagonizado por Snowden no se destaca por sus
sensacionales revelaciones sino por su ridiculez total, donde se combinan los
delirios propios de las súper potencias con la falta total de sentido del
humor.
¿Cuál fue el
escándalo divulgado por Snowden? Que el gobierno del ex presidente Barack Obama
había encomendado a los organismos de inteligencia norteamericanos espiar a
prácticamente casi todos los habitantes del planeta.
La población
mundial alcanza en la actualidad a casi 8.000 millones de personas. Los
organismos de inteligencia de Washington parten de la premisa que todos esos
seres son eventualmente sospechosos, y tienen que ser vigilados. Pero, como
siempre, hay excepciones. No pueden ser monitoreados los habitantes de
Australia, Canadá, Nueva Zelanda y el Reino Unido, a raíz de un acuerdo
suscripto el 28 de agosto de 1947. Curiosamente, los otros seres humanos
exentos de toda vigilancia son los miembros de al-Qaida y de otras
organizaciones de insurgentes islámicos, aunque por diferentes razones.
Según explicó
Edward N. Luttwak en The Times Literary
Supplement[1], tras los ataques del 11 de septiembre de 2001
contra el World Trade Center y el Pentágono, Osama bin Laden y sus socios
decidieron acogerse a una antigua costumbre de la mafia neoyorquina, que ordenó
a sus miembros dejar de lado el teléfono como medio de comunicación. Por lo
tanto, es bastante problemático vigilar a ese grupo tan peligroso.
Para decirlo
en términos más concretos: los organismos de inteligencia estadounidenses
cuentan con los medios para espiar a todo el mundo de manera indiscriminada,
pero el método falla donde más interesa su funcionamiento: en relación con
quienes han declarado la guerra a Estados Unidos.
Luttwak dijo
que esas organizaciones no generan imágenes, ni siquiera señales. Por lo tanto,
“no pueden ser derrotadas sino existe personal en el terreno”. Eso incluye la
infiltración de sus estructuras, detección de sus operarios en los sitios donde
pueden emerger, “atraerlos hacia trampas, todas esas actividades que la CIA
realiza de manera espléndida en las películas”, pero “nunca en la vida real”.
LA PIRÁMIDE
INVERTIDA
El jefe de
estado o de gobierno de una gran potencia suele tener ciertas ofuscaciones
mesiánicas. También ocurre con toda persona cuyo cargo le permite creerse más
allá del común de los mortales. El sueco Dag Hammarskjöld, segundo secretario
general de la ONU, fue uno de los más agobiados por esos delirios de grandeza.
Sus memorias, y testimonios de testigos, indican que creía poseer poderes para
alterar el destino de algunos países. Hammarskjöld retornó por breves momentos
a la realidad previo a su muerte en un misterioso accidente de aviación en
1961. (Algunos sospechan que su destino fue alterado por el gobierno de un país
cuyo porvenir deseaba trastornar).
En el caso
del presidente de Estados Unidos, el hecho de que uno de sus pasatiempos
favoritos sea administrar justicia desde el cielo a través de los drones, hace
presumir cierto furor imaginativo. Tal vez supone que acechar las
conversaciones de la inmensa mayoría de los mortales de este planeta debe tener
sus recompensas. Si bien muchos seres que oyen voces suelen ser recluidos en
habitaciones con paredes acolchadas, en el caso del ex jefe de estado
norteamericano las señales son reales. Pero ¿de qué sirve? La canciller de
Alemania Angela Merkel descubrió indignada que la NSA grababa sus
conversaciones. ¿Qué puede enunciar Angela Merkel por su celular capaz de
afectar la estabilidad mundial?
Lutwatt
señaló que ese intento de recolectar toda señal que transmite ondas hertzianas,
y luego “procesarla”, es un fenomenal chasco para engañar al contribuyente
norteamericano y forzarlo a seguir financiando agencias de inteligencia que
suelen llegar tarde o nunca.
“Procesar”,
dijo el columnista, es un “buen término capaz de abarcar todo, a fin de
obscurecer la irremediable imposibilidad de entender” con suerte, “apenas una
fracción infinitesimal de la inmensa cantidad de intercepciones”.
CUANDO MÁS
GRANDE, MEJOR
Pese a ser un
comentarista alineado con la derecha norteamericana, Luttwat muestra gran
simpatía por Snowden. Lo considera un patriota y un constitucionalista. Su
propósito, al divulgar informes confidenciales, fue como protesta, pues
considera que la intercepción en masa de las comunicaciones y la violación de
la privacidad “debilitan a Estados Unidos a nivel moral, fiscal, y
operacional”. También le asigna una cuota de heroísmo: “Su devoción por la
Constitución llevó (a Snowden) a abandonar su vida en una isla muy bella, así
como su novia, una vivienda placentera, y un salario de 200.000 dólares
anuales”.
Pero Snowden
sigue demostrando el papel que cumple el individuo en la historia. Hay toda
clase de individuos muy valiosos. Algunos contribuyen a localizar y aprehender
individuos que causan problemas a otros seres humanos, otros ayudan a nuestra
sobrevivencia, a enseñar, a hacer nuestra vida más grata. Y también existen
quienes desenmascaran a aquellos que desde sus altares creen sobrevolar la
historia como si fueran drones.
OTRA TAREA DE
THE FORTEAN TIMES
También The Fortean Times dedica parte de sus
investigaciones a la estupidez humana. Por ejemplo, una oleada de ataques a
cuchilladas contra acordeones alemanes, un juicio entablado por un abogado
francés a sus seis alter egos, el crecimiento de los cultos religiosos al
margen de las religiones oficiales, junto con
la ineptitud y la tontería. Se
acrecienta la credulidad humana, y disminuye el escepticismo. También se
acrecientan los jueces implacables. En
Manila, el bautizado “Juez de la horca”, señaló que toda persona condenada a
muerte debe ser arrojada a un gigantesco acuario repleto de víboras venenosas y
luchar contra ellas.
La
publicación destaca que en el curso de un solo año, se registraron un aumento
de las profecías, los desastres naturales o causados por el hombre, extrañas
caídas de objetos desde el cielo, combustiones espontáneas de personas,
apariciones de monstruos marinos, y epidemias de ineptitud y estulticia. Pero
ese mismo año disminuyeron las cifras de los milagros, los secuestros de
personas por extraterrestres, y los episodios de mala suerte.
FENÓMENOS PARANORMALES
Aunque los
seres humanos cometen toda clase de tonterías, la prensa tradicional, inclusive
la que aparece disfrazada de tabloide, deja pasar bajo el radar la gran mayoría
de las cosas insólitas.
Nuestros
gobernantes nunca se aburren de enunciar estupideces, pero quienes deben
registrar sus comentarios pronto excluyen esas tonterías de sus crónicas. En
otras épocas, esos gobernantes diseñaban estrategias estrambóticas, de esas que
abren las puertas a un asilo psiquiátrico. Esas estrategias continúan siendo
diseñadas. Pero es más fácil para la prensa explicar de manera razonada los
delirios engendrados por el poder, que evidenciarlos. De lo contrario, todos
los días varios gobernantes serían derrocados por incompetencia.
REVELANDO LA
REALIDAD
Afortunadamente,
para los redactores de The Fortean Times
lo insólito sigue siendo insólito. Inclusive las rancias costumbres que
practican algunos pueblos son lúcidas evidencias de insensatez.
Por ejemplo,
la cortesía japonesa incluye la reverencia. Pues bien, la publicación descubrió
que ese acto de urbanidad puede ser letal. Se calcula que 24 residentes de
Tokio murieron en un lapso de cinco años por inclinar la cabeza ante otra
persona en señal de respeto. Cinco cayeron en las vías del tren cuando chocaron
sus cabezas durante la reverencia, otros siete en esquinas y en colisiones en
escaleras y ascensores, y muchos otros resultaron heridos al hacer reverencias
en puertas giratorias.
Una variante
interesante de la estupidez humana es la política. Pero hay quienes saben
aprovecharse de ella para saltar al estrellato.
En Dinamarca,
el cómico Jacob Haugaard llegó al parlamento gracias a una brillante campaña en
que prometió mejorar el estado del tiempo, y ofrecer viento de cola a los
ciclistas, para que marchasen más rápido. Pero quizás el mayor porcentaje de
votos lo consiguió al garantizar a cada votante masculino el derecho a ser
impotente.
Su triunfo
fue apabullante.
[1] Lutwatt
comentó el libro The Snowden Files,
donde se hace un recuento de las tribulaciones padecidas por el ex analista de
inteligencia.
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